Pienso Aprender y luego Existo: ¿o es al revés? (1a. aproximación)

En esta primera aproximación sobre el tema central de reflexión en relación al aprendizaje, la memoria y las TIC, nos lleva de entrada a saber desde una postura cartesiana sobre el origen del cogitans res y la división entre mente, alma y cuerpo. Una distinción y principio indudable, con el cual se concibe al sujeto que piensa mediante un criterio de certeza cuasi absoluta, por ser el único posible sujeto poseedor de las ideas (adventicias, fácticas o innatas). La que rechaza de manera rotunda otra postura que aboga más por el camino de la búsqueda y la exploración de lo trascendental, porque no permanece estática en su forma de concebir y meditar respecto a los fenómenos que, no sólo pueden ser percibidos como una realidad objetivada del mundo, pero si como principios de una actividad trascendental de la conciencia (Husserl, 1996). Descubrir quiénes somos en realidad en este caótico mundo del siglo XXI.

Esto significa, que el sólo hecho de pensar como acto psicológico de la conciencia, se traduce e interpreta como acto de la conciencia, pero ¿dónde se halla dicha estructura?, dónde la podríamos localizar en la corteza cerebral, o en que sección de la red neuronal para tener esa certeza objetiva e innata, que lo que percibimos en nuestro propio campo de interacción material con los objetos es real, y no es un producto de la imaginación subjetiva, es decir, no es una distorsión que sucede en un determinado espacio de tiempo donde se podrían localizar, según los teóricos de la ciencia del espejo (Briggs y Peat, 1996), las alteraciones de nuestro campo de visión para identificar por ejemplo, de manera inmediata, las trayectorias erráticas ondulatorias en nuestro entorno próximo (principio de indeterminación de Heisenberg), eso requiere de una mente rebelde y revolucionaria que atente e intente desde su propio ámbito de conocimiento, en declarar que no todo lo que se percibe, tiene forzosamente que partir de supuestas pre suposiciones axiomáticas (ídolos de la mente), sino a partir de la observación empírica inductiva de cosas concretas (Bacon, 1561-1626). 



Sin embargo, tampoco es un proceso mecánico donde podamos tener suficiente veracidad ni certeza que esta forma de percibir la realidad del mundo está de hecho controlada del todo, porque existe también la otra importante posibilidad de la incertidumbre y la indeterminación sobre las leyes y modelos hipotéticos de razonamiento que pueden ser refutados, porque requieren de su verificación para sustentar su veracidad o falsedad (Popper, 1969), conceptos propios que se establecerán posteriormente desde la teoría física cuántica y desde la reflexión de los paradigmas cuya vigencia es determinada por la comunidad científica (Kuhn, 1971), y por las aproximaciones complementarias y a veces paradójicas, porque seguimos interactuando como meros observadores involucrados e insertados en un sistema relativo de creencias y suposiciones. 

Si consideramos que el pensar es una actividad de abstracción sensorial que utiliza la mente como operación para separar, distinguir, clasificar y discriminar los objetos, o para únicamente entender su esencia, o también, para establecer formas de razonamiento que permiten enunciar y reproducir conceptos como resultado de una abstracción teórica y de una práctica cultural escolarizada. El dilema de estas posturas que en apariencia se contradicen y se excluyen una de otra, se conjuntan e integran en un proceso psíquico con mayor complejidad cuando tiene su origen en la cadena evolutiva filo-ontogenética del árbol del conocimiento (Maturana y Varela, 1984), a fin de intentar dar una explicación sobre la naturaleza cognoscitiva de la humanidad, y se propician las condiciones internas (biológicas y neurológicas) y externas (socio culturales) del organismo humano para la activación de las estructuras del lenguaje. Aspecto que volveremos a retomar en las siguientes publicaciones sobre el tema que estamos abordando.



El problema radica cuando las cosas se comienzan a revolver, y se tratan de reducirlas a su máxima expresión, otorgándole ciertas categorías de imposición analítica y representación simbólica encubiertas e intencionadas que pudieran ser ajenas al contexto donde estas se ubican, por ejemplo, cuando se declara y afirma que existen múltiples posibilidades para resolver cierto tipo de problemas de la realidad cotidiana, pero la población, en general, carece de los instrumentos y procedimientos suficientes para darle mayor sustento a las ideas que pueden ser implementadas mediante el uso de métodos, estrategias, técnicas y tácticas para atender problemáticas ambientales o económico sociales; una forma muy común y peculiar en el ámbito pedagógico de la enseñanza y del aprendizaje, que se antoja este último, como un proceso de construcción social de largo plazo, y por el cual no se tiene la absoluta credibilidad y fundamento para declarar que los (as) niños (as), adolescentes, jóvenes y adultos están adquiriendo la capacidad de conocer y aplicar los conocimientos en su realidad inmediata, porque simplemente tienen la oportunidad de "estar aprendiendo a aprender", como supuestamente lo quieren hacer creer las autoridades del sistema educativo mexicano, con la declaración oficial del Nuevo Modelo Educativo. Otro punto que dejaremos abierto para ser analizado con más detalle en la última aproximación.

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